LA ROSA BLANCA: DE EXPLOTACIÓN A
EXPROPIACIÓN
Por:
Emiliano Avila
Esta cinta está situada en una época
cercana a la “Expropiación Petrolera”
relata la forma en como las empresas petroleras extranjeras, buscaban
aprovecharse de uno de los recursos más valiosos y abundantes de México, el
petróleo. Sin importarles la dignidad ni los derechos de los propietarios de
los terrenos, las empresas los maltrataban, engañaban, o incluso mataban con
tal de conseguir lo que querían, esos grandes espacios ricos en petróleo, los
cuales se perforaban para saquear este país.
Esto mismo sucede con Jacinto Yáñez, el
propietario de una hacienda muy hermosa e importante en el estado de Veracruz
llamada “La Rosa Blanca”. La empresa petrolera extranjera “Condor” busca
hacerse de los derechos de esa hacienda, pero fallan, puesto que Jacinto
protege esas tierras como a su vida, o más bien por encima de ella, y no está
dispuesto a venderlas por ningún precio.
Tras muchos intentos fallidos por parte de Condor,
el dueño toma una decisión drástica, engañar a Jacinto, consigue que Jacinto
visite Los Angeles, haciéndolo pensar que visitará el rancho de un amigo quien
le dará un regalo, y haciéndolo parecer casualidad, se reúne con él para hablar
de negocios. Sabiendo que Jacinto no sabe leer ni escribir, le pide que firme
unos papeles, donde da su palabra de no vender a nadie La Rosa Blanca, cosa que
habían charlado antes entre ellos, pareciendo el dueño de Condor bastante
comprensible con la decisión de Jacinto de no vender su terreno. Jacinto intuye
que ese contrato que está a punto de firmar, no es más que la sesión de sus
tierras, es aquí donde viene una frase por parte de Jacinto, quien cita:
“Pues mire señor Abner (supuesto amigo
dueño del supuesto rancho, quien sirvió como traductor para ambas partes),
dígale a este señor que no desperdicie su dinero, que la palabra de un ranchero
mexicano vale lo mismo aunque no esté escrita, dígale también que La Rosa
Blanca no es nomas caballos y cerdos, que es un pedazo de mi patria, que es vida,
la mía y de mi gente, que es nuestro sol, el aire, y el lugar donde van a
crecer nuestros hijos, que es nuestra tierra, y que por 100 mil dólares yo no
voy a darles cuenta a un grupito de extranjeros de lo que a mí se me antoje
hacer allá, eso dígale, que no firmo, que se guarde bien su dinero, y dígale
también que nomás soy honrado, pero no soy tonto.”
Desafortunadamente, ya que los engaños no
sirvieron, Jacinto corrió con una suerte peor, fue asesinado y a base de
corrupción, se consiguieron los papeles para obtener el terreno, desalojaron a
la familia de Jacinto, y a los trabajadores de la tierra se les explotó en los
pozos petroleros, sin derecho a nada, propensos a accidentes, eran víctimas de
las corporaciones extranjeras, pero esto tuvo un límite, no lo iban a soportar
más, se revelaron, el gobierno mexicano obligó a las empresas a pagar
muchísimas multas por todo lo sucedido, cosa que no hicieron, finalmente se
tomó otra decisión, que el petróleo sería solo de los mexicanos, que ninguna
empresa extranjera saquearía nuestro territorio, se tendría que pagar lo
expropiado, pero ¿Que importaba? El pueblo ayudó con la deuda, todo por
mantener nuestra Patria.
Hoy en día el petróleo genera una gran
discusión, lo que en un momento pareció un realce para la soberanía nacional,
hoy se va al suelo, no solo están saqueando nuestra tierra, sino que se las
estamos entregando, tantos tratados firmados solo han servido para una cosa,
JODERNOS, esa es la palabra indicada, la tierra ya no es más del pueblo, nuestra
patria está siendo prostituida, y entregada a burdeles extranjeros donde ese
suelo virgen les provoca el mayor placer tanto a los extranjeros como a los
mandos altos de nuestro país, aquellos que no se preocupan por el pueblo, y que
cambiaron la expropiación, por devolver la explotación.
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